Saqueo en altamar: equipos de Pemex terminan en casas de empeño en Campeche

El robo de equipos especializados a plataformas petroleras en la Sonda de Campeche ha dejado de ser un delito invisible: hoy, respiradores autónomos destinados únicamente a labores en altamar se ofertan abiertamente en casas de empeño de Ciudad del Carmen, a precios muy por debajo de su valor real.

El Consejo Coordinador Empresarial de Carmen alertó que la venta irregular de estos dispositivos confirma la existencia de una red que va más allá de la llamada “piratería moderna”. Se trata de un engranaje que incluye robo, traslado, reventa y encubrimiento en negocios formales que operan sin supervisión efectiva.

Encarnación Cajún Uc, presidente del organismo, explicó que los trabajadores en plataformas satélite son los más vulnerables. Con equipos de seguridad robados y revendidos, los petroleros enfrentan la doble amenaza de ser atacados por grupos criminales y de no contar con la protección necesaria para sobrevivir en situaciones de emergencia.

El dirigente insistió en que las detenciones recientes en Tabasco contra presuntos piratas son insuficientes. A su juicio, el problema exige la coordinación de la Secretaría de Marina, Pemex y las fiscalías de ambos estados, pues el flujo de mercancía robada no se detendrá mientras siga existiendo un mercado negro que da salida a los saqueos.

Los precios exhibidos en casas de empeño evidencian la magnitud del negocio: equipos que en el mercado industrial superan los 100 mil pesos se consiguen en la Isla por menos de 15 mil. Cada uno cuenta con número de serie, por lo que su presencia en el comercio común solo puede explicarse por corrupción y omisión en la vigilancia.

Para el sector empresarial, este fenómeno ya no solo afecta a Pemex, sino que representa un riesgo de seguridad nacional. Si no se logra desmantelar la red de complicidades que alimenta la piratería en la Sonda de Campeche, advierten, la industria seguirá expuesta y los trabajadores en altamar seguirán siendo las principales víctimas.

 

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Redacción
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