Más de 200 familias de Atasta, en la zona conocida como la Ribera Alta, podrían paralizar la carretera federal 180 en protesta por la deficiencia en el suministro de agua potable. Los residentes denunciaron que desde hace más de una semana sus tuberías permanecen secas, a pesar de la existencia de una planta potabilizadora instalada hace un año.
La instalación de la planta, financiada con más de 10 millones de pesos por Petróleos Mexicanos (Pemex) a través del Programa de Apoyo a Comunidades y Medio Ambiente (Pacma), no ha garantizado agua suficiente para la población. Los habitantes consideran que los problemas persisten por negligencia de las autoridades y deficiencias en el mantenimiento del equipo.
José Antonio Heredia, gestor social de Atasta Pueblo, señaló que los afectados ya se están organizando y que la medida de bloqueo sería una forma de forzar a las autoridades a atender la demanda. “Parece que esta es la única manera en la que entienden y responden a la población”, comentó.
A través de redes sociales, los residentes difundieron su malestar y exigieron soluciones inmediatas, cuestionando cómo, después de la inversión millonaria en infraestructura, siguen padeciendo la falta del recurso más básico.
La comunidad asegura que la situación afecta directamente la vida diaria de los habitantes, quienes no pueden contar con agua para consumo ni para tareas domésticas esenciales, aumentando la frustración y la incertidumbre sobre cuándo se regularizará el servicio.
El posible bloqueo de la carretera federal 180 representa un riesgo para la movilidad en la región, además de reflejar la incapacidad de las autoridades para garantizar servicios básicos pese a contar con recursos e infraestructura destinada a ello.
