Los constantes ataques armados en plataformas petroleras de la Sonda de Campeche han encendido las alertas entre los trabajadores, recriminaron que su seguridad sigue sin ser garantizada. Integrantes de la Sección 47 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) acusaron que, pese a los oficios entregados a Petróleos Mexicanos (Pemex), las medidas de vigilancia y protección continúan siendo insuficientes.
De acuerdo con los dirigentes sindicales, los grupos delictivos que irrumpen en las instalaciones no solo buscan el robo de materiales, sino que actúan con violencia creciente, disparando armas de fuego y poniendo en riesgo la vida del personal a bordo. Advirtieron que la situación refleja la falta de una estrategia integral para proteger a quienes operan en las plataformas.
Víctor Matías Hernández Colunga, secretario del trabajo de la Sección 47, subrayó que tras el asalto a la plataforma Akal R, el sindicato debió intervenir para ofrecer asesoría legal, atención médica y apoyo psicológico a los obreros afectados, evidenciando la ausencia de protocolos efectivos por parte de Pemex y la Secretaría de Marina.
Por su parte, el secretario general de la misma sección, Antonio Toledo, señaló que ya se entregó un oficio formal a Pemex exigiendo medidas urgentes de seguridad. Entre ellas, destacaron la necesidad de patrullajes constantes, sistemas de monitoreo remoto y una mayor presencia de elementos navales en el área donde se concentra la mayor parte de la producción petrolera en aguas nacionales.
Los representantes sindicales advirtieron que estas plataformas son consideradas estratégicas para la economía del país, sin embargo, la falta de protección las convierte en blancos vulnerables. “No podemos esperar a que haya trabajadores lesionados o muertos para que se tomen decisiones de fondo”, insistieron.
Finalmente, los dirigentes adelantaron que mantendrán la presión sobre Pemex y las instancias federales hasta que se implementen acciones concretas de seguridad. Señalaron que la Sonda de Campeche no puede seguir siendo un punto débil frente a la delincuencia, ya que cada nuevo ataque expone no solo a los trabajadores, sino también a la estabilidad de la producción energética del país.






