La industria de la construcción en Ciudad del Carmen atraviesa su peor momento en años. La actividad se ha desplomado y ya suma más de doce meses sin un repunte visible. La falta de inversión privada, el estancamiento de proyectos y una cadena de adeudos entre Pemex, contratistas y proveedores han dejado al sector prácticamente paralizado.
En la isla no se construye, y la ausencia de obras civiles ha golpeado de lleno a los obreros, albañiles y ayudantes que solían encontrar empleo constante en el ramo. El trabajo escasea y las pocas oportunidades que surgen se disputan entre decenas de trabajadores con urgencia económica.
Alonzo Medina López, dirigente del Sindicato Único de Trabajadores Alarifes, explicó que la situación es crítica: “El gremio lleva más de un año sin movimiento. La iniciativa privada está frenada y la mano de obra disponible supera por mucho a la demanda”. Según señaló, los efectos de esta parálisis ya se sienten en toda la cadena productiva del sector.
El origen de esta crisis, apuntó, se encuentra en la falta de liquidez de Petróleos Mexicanos. Los pagos detenidos por parte de la paraestatal han afectado a las petroempresas, que a su vez han incumplido con sus propios proveedores. Esa cadena ha terminado por cortar el flujo de recursos hacia otros sectores, incluida la construcción.
La consecuencia ha sido el éxodo de trabajadores locales, que han tenido que buscar empleo en otros estados. Muchos se han desplazado temporalmente a regiones con mayor actividad para sostener a sus familias, mientras otros han tenido que dejar el oficio por completo ante la falta de opciones.
A pesar del panorama sombrío, el gremio no pierde la esperanza de que en los próximos meses se reactive el sector. Sin embargo, advierten que si no hay una respuesta clara desde el ámbito público y privado, el cierre de año será aún más complejo para una industria que está prácticamente en ruinas.
