Cerca de 300 mil pesos fueron robados por cinco hombres armados que irrumpieron en la caseta de cobro de la autopista Campeche-Champotón durante la madrugada. Bajo amenaza, sometieron a los cajeros y huyeron sin que hasta ahora se conozca su paradero.
Aunque la zona cuenta con presencia constante de patrullas de la Guardia Nacional y ambulancias para emergencias, las autoridades no respondieron de inmediato al incidente. Fue hasta la mañana siguiente que policías municipales y ministeriales llegaron al sitio, aunque la Fiscalía estatal se declaró incompetente por tratarse de una carretera federal.
La Fiscalía General de la República no ha emitido información oficial sobre el caso, y hasta el momento se desconocen detalles como el número exacto de agresores y el vehículo que usaron para escapar. Los testimonios de trabajadores y vigilantes son clave para avanzar en la investigación.
Las cámaras instaladas en las entradas y salidas de Campeche y Champotón aún no aportan datos claros sobre el recorrido de los delincuentes. Se espera que la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana active el sistema de monitoreo C5 para rastrear su ruta.
Este asalto evidencia las fallas en la coordinación entre instancias estatales y federales, dejando desprotegidos puntos estratégicos como las casetas de cobro. Mientras tanto, el personal y usuarios continúan vulnerables ante la inseguridad en carreteras del sureste.
La demora en la reacción oficial y la opacidad en la información contrastan con el riesgo real que enfrentan quienes trabajan y transitan por estas vías federales.






