Una llamada anónima con coordenadas precisas fue clave para localizar una fosa clandestina entre Isla Aguada y Sabancuy, donde este miércoles fue hallado el cuerpo sin vida de Luis Eduardo Ochoa Reyna, joven de 23 años reportado como desaparecido desde el 24 de junio.
El reporte anónimo activó un operativo de búsqueda encabezado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI), adscrita a la Vicefiscalía General Regional. En el sitio indicado —una zona apartada y de difícil acceso— los agentes identificaron tierra removida recientemente. Tras excavar con herramientas manuales, confirmaron la presencia de un cuerpo y posteriormente su identidad.
Luis Eduardo había sido visto por última vez en la colonia Revolución de Isla Aguada. Desde entonces, su familia inició una intensa búsqueda y emitió alertas, sin obtener noticias hasta el fatídico hallazgo, siete días después. El joven vestía una camisa tipo polo verde, pantalón de mezclilla azul y gorra negra.
Hasta el momento, la Fiscalía no ha informado si el cuerpo presenta signos de violencia. Será la necropsia de ley la que determine las causas del fallecimiento. El caso ha sido manejado con discreción, aunque se investiga si existe vínculo con otros hechos delictivos registrados en la región.
La comunidad y familiares han expresado su indignación ante la aparente falta de avances durante los días en que el joven estuvo desaparecido. “No merecía terminar así. Queremos saber qué pasó, quién lo hizo y por qué”, declaró un allegado visiblemente afectado.
Aunque se espera un pronunciamiento oficial en las próximas horas, el caso ha encendido nuevamente las alarmas sobre la presencia de violencia en áreas cercanas a Isla Aguada, donde habitantes denuncian un aumento de hechos delictivos y una respuesta insuficiente de las autoridades.
