La Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) clausuró siete predios en la Península de Yucatán por el desmonte ilegal de más de 2,600 hectáreas de selva, de las cuales más de 700 corresponden a Campeche, uno de los estados más afectados por esta práctica.
En esa entidad, los operativos se centraron en los municipios de Calakmul y Hopelchén, donde se constató la transformación de zonas forestales en terrenos agroindustriales sin autorización.
Las acciones se realizaron entre el 28 de mayo y el 14 de junio como parte de una estrategia para frenar el cambio ilegal de uso de suelo en predios forestales de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Profepa reportó que la remoción de vegetación incluyó el corte, quema y nivelación del terreno, lo que evidencia una intención clara de convertir las selvas en monocultivos, principalmente vinculados a la expansión de comunidades menonitas.
Durante los operativos se aseguraron más de 100 metros cúbicos de madera en distintas presentaciones, así como maquinaria utilizada en la deforestación: tres tractores agrícolas, una cosechadora, tres torres y un implemento de rastra con 36 discos.
La superficie afectada en total asciende a 2,608.9 hectáreas: 702 en Campeche, 606.4 en Yucatán y 1,300.5 en Quintana Roo. En Campeche, se identificaron nueve áreas alteradas, todas con impactos severos al ecosistema.
Profepa aseguró que los procedimientos legales ya están en curso y que mantendrá operativos en la región para evitar nuevos desmontes ilegales.
