Campeche enfrenta un serio déficit en infraestructura energética que mantiene elevados los precios de gasolinas y gas LP para la población. La falta de terminales para recibir, almacenar y distribuir hidrocarburos obliga a traer los combustibles desde otras entidades, lo que incrementa los costos al consumidor final.
Carlos Adrián García Basto, titular de la Agencia de Energía estatal, reconoció que el estado arrastra una crisis energética derivada del cierre de instalaciones estratégicas, como las terminales de almacenamiento en Lerma, clausuradas entre 2015 y 2021. “Campeche perdió su infraestructura sin una razón clara y eso nos dejó en desventaja frente a otros estados”, afirmó.
Hoy, la entidad presenta deficiencias en cuatro áreas clave: almacenamiento, transporte, distribución y comercialización. Esta cadena incompleta ha convertido a Campeche en un estado dependiente del abasto externo, particularmente del puerto de Progreso, en Yucatán.
Como resultado, el precio de los combustibles es más alto que en entidades vecinas, afectando directamente la economía local. “Lo que otros estados tienen resuelto con puertos y centros de almacenamiento, aquí lo suplimos con más costos logísticos”, explicó García Basto.
Para revertir esta situación, el gobierno estatal plantea modernizar los puertos de Ciudad del Carmen y Seybaplaya, permitiendo el arribo directo de combustibles. También se analiza reactivar las antiguas terminales en Lerma, aunque el proyecto aún no cuenta con costos definidos y requerirá inversión millonaria.
García Basto también mencionó la necesidad de concluir el gasoducto Cuxtal II, que garantizaría el suministro de gas natural. Sin embargo, el proyecto enfrenta obstáculos por negociaciones pendientes con ejidatarios en varios municipios.
“Si no recuperamos nuestra capacidad energética, seguiremos con precios altos y dependiendo de otros estados. Es una prioridad estratégica”, concluyó.






