Miles de personas se dieron cita en ciudad del Carmen para participar en la Marcha por la Vida y la Familia, una manifestación de fe que buscó sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de proteger la vida humana desde su concepción y reforzar el valor de los lazos familiares.
La marcha fue convocada por la Iglesia Católica, y reunió a una gran multitud que se unió en un solo propósito: promover una convivencia basada en el amor y la paz.
El presbítero José Francisco Verdejo Aguilera, titular del Decanato Carmen, expresó en su intervención que la Iglesia sigue comprometida con la defensa de la vida en todas sus etapas.
La caminata dio inicio en el parque El Caminero y culminó en el Santuario Mariano Diocesano, reunió a feligreses de 15 parroquias del Decanato. Durante el recorrido, los participantes, vestidos de blanco, entonaron cánticos de alabanza y mostraron pancartas con mensajes en favor de la vida y la familia. Una vez reunidos en la explanada del santuario, se elevó una oración colectiva por la protección de la vida, desde su inicio en el vientre materno hasta su fin natural.
El mensaje de la manifestación fue claro: la vida tiene un valor intrínseco en cada una de sus etapas. En su discurso, el presbítero reiteró que la misión de la Iglesia es seguir defendiendo la dignidad humana, independientemente de las circunstancias, y destacó la importancia del acompañamiento a las mujeres embarazadas que atraviesan momentos difíciles.
A lo largo de la marcha, los asistentes reafirmaron su compromiso por la vida, reafirmando su postura de que los lazos familiares son fundamentales para una sociedad armónica. La jornada concluyó con un mensaje esperanzador de unidad, invitando a la comunidad a reflexionar sobre el valor de la vida y la familia como elementos esenciales para la construcción de un mundo mejor.






