En un 15.9% cayó la actividad industrial en Campeche durante agosto, profundizando la tendencia negativa que arrastra el estado desde el año pasado. El retroceso corresponde a la medición anual del Inegi y confirma la pérdida de dinamismo en sectores clave para la economía campechana, como la construcción, la minería y las manufacturas.
En su comparación inmediata respecto a julio, el Indicador Mensual de la Actividad Industrial por Entidad Federativa (IMAIEF) registró también una reducción de 2 por ciento, lo que refleja que el deterioro no solo es anual, sino persistente en su comportamiento mensual. Las actividades secundarias continúan siendo el principal factor que arrastra a la economía estatal.
Fue la construcción la que mostró la contracción más drástica, con una caída de 44.8 por ciento a tasa anual. A este descenso se sumaron la minería, que retrocedió 11.2 por ciento, y la industria manufacturera, que perdió 21.5 por ciento. Estos resultados colocan a Campeche entre los estados con peores cifras del país en el periodo evaluado.
No fue la única entidad en retrocesos: otras regiones del sureste, como Quintana Roo y Tabasco, también registraron disminuciones significativas, mientras que solo 15 estados mostraron avances en su actividad industrial. El comportamiento regional apunta a debilidades compartidas en los sectores productivos vinculados a construcción y extracción.
Los últimos trimestres confirman el deterioro económico acumulado. En el segundo trimestre de 2025, Campeche reportó una reducción anualizada de 13.4 por ciento en su actividad económica, marcando nuevamente el desempeño más bajo entre todas las entidades federativas. Desde mediados de 2024, su variación anual ha permanecido en números rojos, con caídas que han superado incluso el -16 por ciento.
El Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal muestra que, en su variación inmediata, el estado retrocedió 1.1 por ciento respecto al trimestre previo. Con cifras desestacionalizadas, Campeche no ha logrado estabilizar su desempeño y continúa mostrando fluctuaciones negativas en los últimos seis periodos.
El impacto en el panorama económico nacional también es evidente: el estado fue la entidad que más restó al crecimiento del país, con una incidencia negativa de -0.26 unidades. Las actividades primarias y terciarias registraron cambios más moderados, aunque sin compensar el desplome de las actividades secundarias, que siguen siendo el motor debilitado de su economía.
