Canacintra prevé cierres de negocios ante alza salarial y jornada laboral más corta. El organismo industrial anticipa dificultades principalmente para micro y pequeños establecimientos, que deberán adaptarse a dos medidas laborales simultáneas a partir del próximo año: un incremento al salario mínimo superior al 13% y una reducción de la jornada a 40 horas semanales.
La dirigencia empresarial señaló que el aumento al sueldo responde a la necesidad de compensar el encarecimiento generalizado de alimentos y servicios, pero puntualiza que el ajuste impactará con mayor fuerza en empresas con márgenes operativos reducidos. Para ellas, asumir un costo laboral más elevado podría significar reestructurar procesos o disminuir contrataciones.
Junto con el incremento salarial, la modificación en el número de horas de trabajo genera otro foco de presión. Canacintra advierte que, en sectores donde pocas personas sostienen la operación diaria, recortar el tiempo laboral podría traducirse en menor capacidad productiva y necesidad de contratar más personal, lo que implicaría otro gasto adicional.
En el corto plazo, el organismo prevé que algunas unidades económicas con entre uno y cinco empleados podrían enfrentar escenarios críticos para mantenerse en el esquema formal. Si no logran absorber ambas cargas, existe el riesgo de que opten por el cierre definitivo o por operar sin registro, a modo de negocio familiar.
El impacto no solo se vería en el empleo. La cámara estima que una disminución de empresas formales derivaría también en menor cumplimiento fiscal y reducción de ingresos para el Estado, pues la informalidad suele evadir obligaciones tributarias y de seguridad social.
Para el sector industrial, el punto central pendiente es cómo elevar la productividad para compensar los nuevos costos laborales. Mientras no exista una ruta clara para mejorar desempeño y eficiencia, la posibilidad de pérdida de empleos formales y cierre de empresas seguirá presente como una preocupación real.
