Durante 2025, 64 personas en Campeche han sido afectadas por picaduras de abejas, cifras que se mantienen cercanas a los 67 casos registrados en 2024, según datos del Boletín Epidemiológico Nacional. De los afectados, 39 son hombres y 25 mujeres, reflejando la exposición constante de la población a estos incidentes.
El problema se extiende a otros insectos. Cinco personas sufrieron ataques de avispas y 17 más fueron mordidas por artrópodos, lo que evidencia que los riesgos en áreas rurales y semiurbanas no se limitan solo a las abejas.
Aunque la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) recomienda no molestar a las abejas ni espantarlas, expertos advierten que estas indicaciones básicas resultan insuficientes. La presencia de enjambres cerca de casas, escuelas y caminos sigue siendo un desafío, mientras que la ausencia de brigadas de atención aumenta la vulnerabilidad de la población.
Se aconseja que los habitantes usen ropa clara, eviten colores brillantes y perfumes, protejan alimentos y bebidas al aire libre, y reporten de inmediato la presencia de colmenas al 911. Sin embargo, la prevención depende en gran medida de los propios ciudadanos, y los especialistas insisten en la necesidad de campañas más sólidas y políticas públicas que reduzcan de manera efectiva la exposición a los insectos.
Aunque los estados vecinos también reportan incidentes, Campeche se mantiene entre los más afectados por picaduras de abejas, lo que subraya la urgencia de medidas preventivas y de control en todo el territorio estatal.
La combinación de zonas rurales extensas, climas cálidos y la falta de programas estructurados de control hace que el riesgo permanezca elevado, convirtiendo las picaduras en un problema de salud pública que requiere atención inmediata y sostenida.






