Más de 250 hectáreas de selva podrían ser taladas en Campeche si la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) obtiene el aval ambiental para construir una terminal de carga como parte de la segunda etapa del Tren Maya.
El proyecto, que no figuraba en el plan inicial del tren, contempla una inversión de 7 mil 700 millones de pesos y busca convertir a la región en un nodo logístico para mercancías, según se detalla en la Manifestación de Impacto Ambiental presentada ante la Semarnat.
La nueva infraestructura incluiría bodegas de residuos peligrosos, zonas de carga de combustibles, almacenes para químicos y espacios operativos para la Guardia Nacional. Ahí laborarían más de 100 personas, entre ellas elementos de seguridad.
Esta obra se integra al plan federal de extender la operación del Tren Maya al transporte de carga, con otras terminales previstas en Cancún, Progreso, Poxilá, Chetumal y Palenque. En conjunto, se proyecta una inversión de hasta 40 mil millones de pesos.
Autoridades militares han reconocido que el tren aún no es rentable, pero confían en que el traslado de mercancías pueda equilibrar sus finanzas hacia 2030. La meta es concluir las terminales prioritarias en 18 meses.
En el caso de Cancún, el patio de carga será conectado a través de una vía alterna para que las operaciones no sean visibles a los usuarios turísticos. En Campeche, el impacto sería directo sobre la selva maya.
El avance de estas terminales ha despertado nuevas críticas debido al alto costo ambiental, pues implican una expansión del megaproyecto sobre ecosistemas frágiles del sureste mexicano.






