La economía industrial de Campeche atraviesa uno de sus momentos más críticos. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el estado registró una contracción del 14.8% en su actividad industrial durante febrero de 2025, colocándose entre las entidades con mayor retroceso en el país.
La caída fue especialmente severa en el sector de la construcción, que disminuyó un 45.8% en comparación anual, una cifra que refleja una desaceleración significativa de la inversión en infraestructura y obra pública y privada. Este desplome, aunque no tan drástico como el de Quintana Roo (-55%), revela una tendencia preocupante para la economía campechana, que históricamente ha dependido de la actividad industrial —particularmente del rubro energético.
La desaceleración no se limitó a la construcción. Las cuatro ramas principales del sector industrial —minería, generación de energía, manufactura y construcción— mostraron caídas en el estado. La contracción refleja, en parte, una combinación de factores como la reducción en la producción de hidrocarburos, los ajustes presupuestales federales y la falta de nuevos proyectos de inversión.
Campeche comparte esta tendencia negativa con otros estados como Tabasco (-19.2%) e Hidalgo (-12.2%), aunque ninguno con la intensidad vista en Quintana Roo, cuyo desplome del 48.1% en términos generales lo convierte en el peor desempeño industrial del país.
A nivel nacional, solo diez entidades federativas mostraron contracciones en sus cifras industriales, mientras que estados como Oaxaca, Guerrero y Zacatecas destacaron por sus avances. Oaxaca, por ejemplo, creció 21.7% gracias al impulso de la industria manufacturera, que en esa entidad repuntó más del 40%.
En contraste con Campeche, otras regiones registraron aumentos notables en rubros específicos: la minería avanzó en Zacatecas, Jalisco y Colima; mientras que la generación y distribución de energía creció en Guerrero y Guanajuato.
El retroceso de Campeche no solo preocupa por sus cifras actuales, sino por las implicaciones a futuro si no se logra reactivar el dinamismo industrial. La diversificación de su economía y una mayor inversión en sectores como manufactura y energías renovables podrían ser clave para revertir la tendencia.
Por ahora, el panorama sigue siendo incierto. Las autoridades estatales aún no han emitido una respuesta concreta ante estos indicadores negativos, pero se espera que en los próximos días se presenten propuestas para contrarrestar la caída de uno de los motores económicos históricos del sureste mexicano.






